martes, 28 de junio de 2016

Padres 2.0


        Últimamente pareciera ser que pasamos de ser usuarios de las redes sociales, a que las redes sociales nos usen a nosotros. Y ya no resulta sorprendente para nadie el hecho de saber que existe gente que prácticamente está programada "a vivir en modo Facebook", con la necesidad constante de compartirnos toda su vida y su intimidad en cualquier formato multimedia. Resulta dificil discernir si comparten las cosas que viven, o viven cosas para poder compartirlas (como comenté anteriormente en like strangers).
      Pero si bien eso es casi una realidad instalada, aunque muchos no lo admitan, realmente no me preocupa, porque cada quien es libre de decidir qué hacer, cómo hacerlo y hasta qué punto. Sin embargo hay algo que me molesta, y que venía masticando desde hace ya un tiempo, y que ayer finalmente explotó: la exposición de los hijos.
       Usan cualquier tópico o temática del momento para decirle a sus hijos pequeños lo que tienen que decir ante la cámara no se esfuercen por hacerlo parecer natural, se les nota para que, con un poco de suerte, su video se viralice.
      Y particularmente ayer, muchos familiares y amigos me compartieron por varios medios el mismo video. Un video, que decían, prometía ser el más triste que hubiera visto sobre esta "saga" de videos que rápidamente se viralizaron por el anuncio de la renuncia de Messi a la Selección Argentina. Paso a compartirselos, por si no lo vieron: 


       Y sí. Tenían razón. Realmente me entristeció... Me entristeció mucho que ese niño haya tenido una madre que priorizara filmarlo para ridiculizarlo en lugar de abrazarlo y explicarle que lo que para él son ídolos, también son personas y tienen sentimientos. Que haya elegido exponer a su hijo de esa manera, en lugar de consolarlo y decirle que no era el fin del mundo, y que aunque a todos los argentinos nos apene, a veces las cosas no salen como uno espera. Enseñarle cualquier mensaje que a ustedes se les ocurriera, y que estaría bien... Pero estar ahí, presente, para él.
       Porque si de verdad la madre hubiera querido enviarle un mensaje a Messi para que el niño se sintiera mejor, ¿no podría, acaso, haber esperado que el niño deje de llorar con el desconsuelo con el que lo estaba haciendo, que apenas lo dejaba hablar?
     Y porque el niño, en su transparencia, al principio del video dice "vos me estás filmando para mandárselo a papá", dando a entender que no era la primera vez que éste tipo de práctica ocurría...
      Independientemente de que estemos de acuerdo en si es motivo o no para llorar. Independientemente de las opiniones personales que cada uno tenga respecto a la renuncia del gran jugador. El fútbol genera en las personas sentimientos muy intensos; pero en los niños, crea una suerte de idolatría, un modelo a seguir, un sueño por alcanzar. ¡Estaban faltándole el respeto a su dolor..!


       Y yo me pregunto hasta qué punto puede llegar todo ésto. Hasta qué punto exponen a sus hijos, retratándolos en ciertos momentos vergonzosos para ellos. Hasta qué punto la gracia pasa a ser morbo. Hasta qué punto los padres modernos priorizarán dejar de ocupar su lugar fundamental de "padre" para sus hijos, por elegir ser "el payaso" de gente a la que realmente no le importa...